Ángel Asunción Rubio, una vida dedicada a las sociedades musicales

Los protagonistas de los hechos guardan la memoria que escapa a los datos oficiales. Ángel Asunción Rubio (Quart de Poblet, 1940) recordaba que la actual Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana no nació un 31 de marzo de 1968 con la pompa del Salón Sorolla del Ateneo Mercantil de València.

En realidad, el organismo que ha vertebrado el movimiento cultural más importante de la Comunidad Valenciana había empezado a andar meses atrás. Fue un 10 de septiembre de 1967, en un genuino hogar musical: la Unión Musical de Llíria. Esa fue la sede de la primera reunión de aquellas veintidós sociedades musicales que decidieron unir un colectivo que hoy suma 550 entidades, más de 47.000 músicos y más de 60.000 alumnos.

Ángel Asunción sabía el verdadero origen porque él estaba en aquella reunión, como estuvo presente a la Federación las siguientes tres décadas, tan definitorias y decisivas. Durante sus 32 años vinculado a la FSMCV que colaboró a fundar, Asunción lo fue casi todo: delegado de relaciones públicas, secretario general, presidente y, recientemente, presidente honorífico.

Nacido a una familia de músicos, Ángel Asunción vivió desde muy pequeño el amor por la música en la agrupación musical L’Amistat de Quart de Poblet, entidad de la que nunca se desvinculó. Como miles y miles de músicos de nuestro territorio, esa pasión vino de la mano de su padre, zapatero de profesión y músico por afición, una devoción que trasladó a su familia.

El 17 de octubre de 1983, en la XV Asamblea General celebrada en Sagunto, se convirtió en el cuarto director de la más grande banda imaginable, cogiendo el testigo de anteriores presidentes como Antonio Andrés Juan, Vicente Ruiz Monrabal y Enrique Carpi, y contando con el asesoramiento artístico del maestro José María Cervera Lloret.

«A pesar de la orfandad de apoyos y la dificultad de nuestra secular conducta individualista, aquellos años fueron apasionantes, fuimos inmensamente felices recorriendo hasta el último rincón de las treinta comarcas federaIes que componen nuestras tres provincias», recordaba él mismo en la carta que dedicó a su estimada FSMCV en el 50 cumpleaños de su fundación.

Durante quince años, Asunción fue reelegido cinco veces como presidente y preparó las sociedades musicales para el nuevo siglo, al compás de un territorio que marchaba decidido hacia la modernidad. Asunción y su equipo colocaron al colectivo musical en la agenda de las instituciones, llegando a acuerdos con consellerías, diputaciones y numerosos ayuntamientos.

En 1985, un gran desfile bandístico en Alicante, Castelló y València demostró toda la fuerza del colectivo durante el Año Europeo de la Música. Fueron los años en que se llevó a cabo el programa trienal ‘Música 92’, primer gran pacto con las Cortes Valencianas para el resurgir de las sociedades musicales.
Con el lema ‘Las Bandas hacia el año 2000’, durante dos años (1991-1992) la Federación celebró su primer Congreso de Sociedades Musicales, perfilando el futuro del movimiento para un nuevo siglo.

En aquel 1992 está el embrión del que años después se convirtió en la Joven Banda Sinfónica de la Federación, cuando en la Expo ‘92 de Sevilla, la Generalitat decidió mostrar las sociedades musicales como uno de los principales valores culturales de la Comunidad Valenciana. Con esa finalidad se formó una banda sinfónica compuesta por 300 jóvenes músicos de todos los rincones de la Comunidad, bajo la batuta de los maestros Manuel Galduf y Pablo Sánchez Torrella. Aquella formación atesoraría grandes éxitos tanto en la Expo como en los conciertos de celebración del XXV Cumpleaños de la FSMCV.

Como el futuro es también memoria, durante el mandato de Ángel Asunción se editó por primera vez, en dos tomos, la Historia de las Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana, escrita por el expresidente Ruiz Monrabal con motivo del 25 cumpleaños de la Federación, al tiempo que su colaboración resultó fundamental para el impulso de estudios y trabajos de investigación sobre el fenómeno bandístico valenciano, dentro y fuera de nuestras fronteras, como por ejemplo la tesis doctoral Musical Society Community Bands of Valencia, del profesor Richard Scott Cohen (Northwester University, Illinois, 1997), la primera tesis doctoral dedicada a las sociedades musicales de la Comunidad Valenciana.

El reconocimiento institucional que hoy tiene el colectivo comenzaba su camino cuando, en 1992, la Federación fue distinguida con la Medalla de Plata al Mérito de las Bellas artes del Ministerio de Cultura, y en 1993, Medalla de la Real Academia de Bellas artes de San Carlos. Un año después, en 1994, las sociedades musicales recibieron el Alta Distinción de la Generalitat Valenciana. Ya en 1998, a los últimos compases de la presidencia de Ángel Asunción, las Cortes Valencianas aprobaron por unanimidad la Ley Valenciana de la Música.

«Permitidme que honre los centenares de hombres y mujeres, muchos de ellos en la eternidad, que tuvieron la gran generosidad de dar tanto por el porvenir», se despedía Asunción en su carta dedicada a este colectivo. Hasta el último día inspiró a todos aquellos y aquellas que lo sucedieron, ya como Presidente de Honor. Pocos como él han llevado con tanta decisión y generosidad el estandarte de las sociedades musicales.